A veces pienso, que en las escuelas falta amor. Y dicho así ya sé de antemano que parece muy cursi, pero lo pienso de verdad. Trabajar desde el amor con los niños, es desde todos los puntos de vista más agradable para el que lo da y para el que lo recibe. Cuando hablamos de pedagogía, metodología, etc. A veces nos olvidamos de cosas importantes. Como por ejemplo, cómo ven los niños al maestro? Sabemos que deben aprender unas ciertas cosas antes de salir de la ESO, pero si les damos los conocimientos y el ritmo de trabajo, qué pasa con aquellos que no siguen ese ritmo? Se aburren, no llegan,...
Qué pasaría si se creara un clima en la clase adecuado para diversos ritmos de trabajo. Qué pasaría si el maestro pusiera una implicación real, igual que los padres. Qué pasaría si las escuelas, colegios y centros educativos reglados se llamaran simplemente....
El Cole.
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