lunes, 6 de diciembre de 2010

volver, volver




Hace poco leí, ahora no recuerdo dónde, que cerramos los ojos cuando besamos porque lo hemos visto antes hacer. En miles de películas, en anuncios, etc. El cómo nos imitamos los unos a los otros es sumamente importante, hablamos a menudo de los juegos imitativos de los niños, pero ¿qué hay de los adultos?

Nos imitamos constantemente, adaptamos a nosotros lo que otros hicieron antes, porque tenemos la seguridad de que ya funcionó. La moda, es un ejemplo claro de ello. " Vuelven los años 60 a las pasarelas" podemos encontrar escrito en cualquier revista de moda. Qué nos da la palabra VUELVE, seguridad. Esta palabra se asienta en nosotros con una connotación positiva, el recuerdo, la nostalgia, la alegría. Como el tango, como el turrón, como tantas cosas que vuelven, como también volvemos nosotros.

Y es que la vida es cíclica, es nacer indefensos para morir de las misma manera. Volvemos a todo, incluso a ser niños.  En las escuelas deberíamos luchar activamente a no perder una parte de la niñez. El poder equivocarnos sin miedo, conservar la curiosidad, poder mostrar nuestros sentimientos sin pensar en lo demás...

La imitación pasa por volver a hacer lo que otro ya ha hecho. Imitando también se aprende. Es curioso como llevamos a cabo mecanismos de aprendizaje sin ser conscientes de que los estamos usando. Sería maravilloso un maestro que portara con él una cajita de herramientas. Dónde tuviera una colección de mecanismos de aprendizaje y que depositará en cada alumno aquel que necesita. Otorgando a cada niño un "poder especial". El de aprender.

Y volver, volver...
volverlo hacer.

Por cierto quién no imitó nunca el beso de la foto...

2 comentarios:

  1. Es muy cierto lo que dices: siempre estamos volviendo a algún lugar o hacia un sentimiento. Pero además, me permitiría agregar que uno suele volver a lo que ama o donde se siente amado.
    Ocurre también con los chicos/as cuando vuelven a sus escuelas con su recuerdo y memoria, ya crecidos/as, y rememoran a los maestros que les marcaron.
    Vuelve uno a los besos, a los abrazos, a su niñez...

    ResponderEliminar
  2. Hay formas y formas de imitar... Cada una aporta algo diferente y nuevo, que enriquece. El problema es cuando imitamos por vagancia creativa o por ese miedo absurdo a que los demás no acepten la novedad de tu ser... y te quedas relegado a i-mi-tar.
    Un beso (no como el de la imagen, sino uno nuevo, inventado).

    ResponderEliminar